La exministra de Seguridad y presidenta del PRO, Patricia Bullrich, consideró hoy que el Gobierno nacional «podría haberle dado» las Islas Malvinas al laboratorio estadounidense Pfizer para acordar la provisión de vacunas contra el coronavirus, al señalar que las demandas de esa empresa farmacéutica son «razonables», y tales expresiones generaron fuertes repudios de altos funcionarios, como el canciller Felipe Solá.
«Pfizer no pidió cambio a la ley, lo único que pidió fue un un seguro de caución, como se lo pidió a todos los países del mundo, que es algo razonable», evaluó Bullrich sobre la falta de acuerdo del Estado nacional con el laboratorio norteamericano para la compra de vacunas contra el coronavirus.
En declaraciones al canal La Nación+, la exfuncionaria planteó que Pfizer «no pidió los hielos continentales», aunque añadió que «las Islas Malvinas se la podríamos haber dado».
Luego, en Twitter, intentó aclarar sus palabras y dijo: «Frente a las mentiras por la cual no se compraron vacunas, ejemplifiqué que el Gobierno dijo cualquier cosa: hasta que podíamos entregar las Malvinas o los glaciares. Si me expresé mal, ratifico mi posición a favor de nuestra completa soberanía sobre las Islas Malvinas».
El canciller Solá le salió al cruce con un tuit en el que sostuvo que «la frase brutal de Bullrich sobre Malvinas es coherente con lo que hizo su gobierno. Política de entrega y sumisión, desprecio por nuestras causas nacionales. Olvido imperdonable del sacrificio de los 649 héroes argentinos que quedaron allá».
Y se preguntó: «¿Bullrich no tiene Patria?».
El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, afirmó que la dirigente macrista «desconoce nuestra Constitución Nacional y le falta el respeto a 45 millones de argentinos/as, especialmente a quienes dieron su vida por defender las Islas».
Tras sostener que fueron «declaraciones de gravedad sin precedentes», Bullrich «propone entregar nuestros derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas a cambio de las vacunas Pfizer. Es el mejor ejemplo de las políticas de entrega de la soberanía nacional que aplicaron Mauricio Macri y Cambiemos».
El gobernador de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella, expresó su «rechazo y total repudio a los dichos expresados por Bullrich, que nos vuelve a mostrar la peor cara del proceso desmalvinizador que debimos soportar en los cuatro años de Mauricio Macri».
«Decir que Argentina ‘tranquilamente’ podría ‘entregar’ las islas Malvinas es de un grado de irresponsabilidad pocas veces visto y una falta de respeto a la memoria de los Caídos en la Guerra de 1982», enfatizó.
.Melella sostuvo que «personalmente le exijo a Patricia Bullrich que pida disculpas al pueblo argentino, en especial al pueblo fueguino, a nuestros Veteranos de Guerra y a las familias de los héroes que descansan en el Cementerio de Darwin».
La agrupación La Cámpora también se pronunció y aseveró que «no hay palabras que sirvan para describir el repudio y el rechazo que generan las declaraciones de Bullrich».
«La presidenta del PRO ofreciendo las Malvinas Argentinas a una farmacéutica. Muestra gratis de lo que hubiese sido esta pandemia si gobernaran ella, (el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez) Larreta y Macri», dijo en Twitter.
La exministra de Seguridad macrista viene llamando la atención en el último tiempo con sus intervenciones contra la política sanitaria del Gobierno nacional para contener la segunda ola de coronavirus.
Una de sus acciones más recientes fue la presentación de un amparo contra el DNU 241/21 que estableció nuevas medidas de restricción en la circulación y varias actividades para reducir los contagios.
Por su parte, la asesora presidencial Cecilia Nicolini afirmó hoy que se retomaron las negociaciones con Pfizer para «avanzar en un posible contrato» para la adquisición de vacunas, en tanto aseguró que el Gobierno nacional espera comenzar a recibir en mayo las dosis de Oxford-AstraZeneca.
Mientras tanto, el diario estadounidense The New York Times se refirió recientemente en un editorial a las demandas excesivas hechas por Pfizer a algunos países para venderles su vacuna y consideró «comprensible» que estos se hayan resistido a aceptarlas.
Si bien la vacuna del gigante farmacéutico estadounidense es la segunda más aprobada en todo el mundo, por detrás de la de AstraZeneca, varios países no pudieron adquirirla por desencuentros a la hora de cerrar los contratos.
«Según los informes, Pfizer no solo ha buscado protección de responsabilidad contra todos los reclamos civiles, incluso aquellos que podrían resultar de la propia negligencia de la compañía, sino que ha pedido a los gobiernos que aporten activos soberanos, incluidas sus reservas bancarias, edificios de embajadas y bases militares, como garantía contra juicios», señaló el diario estadounidense en un artículo de opinión.