Dos buques de guerra de Estados Unidos navegaron este domingo en el estrecho de Taiwán en la primera incursión de este tipo desde que China realizó ejercicios militares sin precedentes alrededor de la isla, maniobra que generó que Beijing ordenara a su Armada el «seguimiento» y la «advertencia» constante a las naves.
Tras la incursión estadounidense, el Ministerio de Defensa de Taiwán informó que las Fuerzas Armadas habían registrado la aproximación a la isla de otros 23 aviones y ocho buques del Ejército de China.
El tránsito de las naves estadounidenses se produce después de que las tensiones en torno al estrecho de Taiwán subieron este mes a un máximo no visto en años, tras la visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
En un comunicado, la Armada norteamericana dijo que la maniobra «demuestra el compromiso de Estados Unidos con una región Indo-Pacífico libre y abierta», reportó la agencia de noticias AFP.
Los dos buques de clase Ticonderoga, el USS Antietam y el USS Chancellorsville, realizaron el tránsito «de rutina» «por aguas donde se aplican la libertad de navegación y vuelo en alta mar, de acuerdo con el derecho internacional», agregó.
«Las fuerzas armadas estadounidenses vuelan, navegan y operan en cualquier sitio que permita el derecho internacional», precisó la Armada.
El Ministerio de Defensa taiwanés confirmó en un comunicado el paso de los buques en un recorrido de norte a sur.
«Durante su recorrido sentido sur por el estrecho de Taiwán, las fuerzas armadas (taiwanesas) monitorean todos los movimientos relevantes en nuestro espacio aéreo y marítimo, y la situación es normal», indicó.
Sin embargo, el Ejercito Popular de Liberación de China consideró que Estados Unidos había «exagerado abiertamente» el paso de los buques por el estrecho.
El comando de operaciones del Este del Ejército de China «está siguiendo y advirtiendo a los buques estadounidenses durante toda su travesía y está al tanto de todos sus movimientos», afirmó el vocero, el primer coronel Shi Yi, que agregó que las tropas «siguen en alerta máxima y están preparadas en todo momento para desbaratar cualquier provocación».
Tras las acusaciones cruzadas, las Fuerzas Armadas de Taiwán registraron la aproximación a la isla de otros 23 aviones y ocho buques del Ejército de China.
«A las 17 hora local (9 GMT) de hoy, fueron detectados ocho buques y 23 aviones alrededor de nuestra región circundante. Las Fuerzas Armadas han monitoreado la situación y han respondido a estas actividades con aviones, barcos de guerra y sistemas de misiles terrestres», tuiteó el Ministerio de Defensa taiwanés.
El Ejército de la isla especificó que 10 aviones cruzaron la llamada «línea media» del estrecho de Taiwán, incluidos un caza Su-30, dos J-10, tres J-11, dos J-16, un helicóptero de ataque WZ-10 y un avión antisubmarino Y-8.
La situación entre China y Taiwán se agravó el pasado 3 de agosto a raíz de la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, que China consideró una provocación y a la que respondió con el anuncio de cuatro días de ejercicios militares.
La Casa Blanca se distanció del controvertido viaje de Pelosi a la isla que China reclama como propia, con el argumento de que la política toma sus propias decisiones.
Estados Unidos reconoce diplomáticamente a China sobre Taiwán, pero mantiene relaciones de facto con Taipei y apoya el derecho de la isla a decidir su futuro.
China considera a Taiwán –a donde huyeron los nacionalistas chinos tras su derrota en una guerra civil ante los comunistas en 1949- una provincia que debe ser reunificada, incluso por la fuerza si es necesario.
Los vínculos entre Taiwán, donde viven 23 millones de personas, y China continental solo se restablecieron a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980.
Las tensiones entre la isla y el continente crecieron a su máximo nivel en décadas con la presidencia china de Xi Jinping, que rompió la comunicación oficial con Taiwán hace seis años tras la elección de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, que enfatiza la identidad separada de la isla.
Las maniobras chinas incluyeron el lanzamiento de misiles balísticos en aguas cercanas a Taiwán, una de las rutas navieras más transitadas del mundo, mientras que la isla realizó ejercicios militares para simular la defensa ante una invasión, con el despliegue de su avión de combate más avanzado.