El Gobierno porteño ordenó por un decreto a los efectores del sistema de salud privado y los de la seguridad social de la Ciudad a «reprogramar y suspender» por 30 días «la atención programada y las intervenciones médicas vinculadas a patologías que con criterio médico no sean de carácter urgente».
La decisión responde a la intención de «contar con la mayor cantidad de recursos asistenciales disponibles que permitan la atención de pacientes con Covid-19, tanto ambulatoria como de internación».